cómo afecta tu creatividad y cómo vencerlo


¿Alguna vez has sentido que no eres lo suficientemente buena para algo a pesar de tener la experiencia y el talento? ¿Te ha pasado que te enfrentas a una nueva oportunidad profesional y, en lugar de emocionarte, te invade una voz interna que te dice “no estás lista”? ¡Es el síndrome del impostor en todo su esplendor!

Y sí, been there, done that, justo ahora estoy en una etapa de buscar nuevos retos laborales y me he topado con ofertas donde piden una lista eterna de responsabilidades para una sola persona, y claro, esa vocecita aparece: “¿y si no soy suficiente?”. Pero luego miro atrás y recuerdo que ya he sido todo eso.

Algunos podrían pensar que no está bien ser todo en uno, y sí, me gusta pensar que uno debe tener una especialidad, pero hoy en día también es importante ser curiosa, tener una base en distintas áreas relacionadas y saber colaborar.

En este artículo voy a hablarte de todo eso: qué es el síndrome del impostor, por qué surge el síndrome del impostor, cómo puede afectar tu creatividad y tu carrera, y, sobre todo, cómo puedes reconocerlo, gestionarlo y avanzar con más seguridad en ti misma.

¿Qué es el síndrome del impostor?

El síndrome del impostor es un fenómeno psicológico en el que una persona duda de sus logros, habilidades o inteligencia, y vive con el miedo constante de ser descubierta como “un fraude”. Aunque tenga evidencia de su competencia, sigue creyendo que su éxito se debe a la suerte, a estar en el lugar correcto en el momento adecuado… o a que los demás simplemente no se han dado cuenta de su “incompetencia”.

Este término fue acuñado por las psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes en 1978, y afecta especialmente a mujeres profesionales y personas perfeccionistas o con alta exigencia consigo mismas.

¿Cómo se siente tener el síndrome del impostor?

  • Sientes que no mereces tus logros, ni siquiera cuando hay pruebas claras de tu éxito.
  • Piensas que los demás son más inteligentes, creativos o preparados que tú.
  • Evitas nuevas oportunidades por miedo a “fallar” o “quedar en evidencia”.
  • Minimizas tus esfuerzos y logros, creyendo que no son suficientes.
  • Buscas constantemente validación externa.
  • Tienes miedo a ser “descubierta” como una impostora.

Y lo más curioso es que muchas veces quienes lo padecen son personas altamente capacitadas, con experiencia, compromiso y resultados demostrables. Pero el problema no es la falta de capacidad, es la forma en que te hablas a ti misma y tu seguridad.

¿Por qué surge el síndrome del impostor?

  • Por entornos muy competitivos: cuando trabajas o te mueves en espacios donde todo se mide, se compara y se exige perfección, es fácil caer en la trampa de sentirte “menos”.
  • Por expectativas irreales: el pensamiento de que debes saber todo, dominar cada aspecto de tu profesión, ser productiva al 100% y además hacerlo con una sonrisa, es una presión imposible.
  • Mensajes culturales: si creciste escuchando que no debías “presumir”, que el éxito se debe agradecer con humildad extrema o que las mujeres deben esforzarse el doble, esos mensajes pueden convertirse en creencias limitantes.
  • Cambios y nuevas etapas: buscar empleo, iniciar un nuevo proyecto o enfrentarte a retos fuera de tu zona de confort puede detonar inseguridades que creías superadas. ¡Aquí estoy!

Artículo de interés: Cómo organizar tu tiempo y ser más productiva

    ¿Cómo afecta el síndrome del impostor a tu creatividad y tu carrera profesional?

    Este síndrome no solo hace que te sientas mal contigo misma, también puede frenar tu crecimiento profesional y tu capacidad de innovar:

    • Te hace dudar de tus ideas antes de compartirlas.
    • Te autocensuras por miedo a “equivocarte”.
    • Postergas decisiones o proyectos que te entusiasman.
    • Te autoexiges demasiado, lo que te lleva al agotamiento.
    • Te comparas constantemente, lo cual bloquea tu autenticidad.

    Esto lo leí y me encantó: «La creatividad necesita libertad para fluir», y cuando estás atrapada en el miedo al juicio o al fracaso, es como tener el freno de mano puesto todo el tiempo.

    ¿Cómo combatir el síndrome del impostor?

    Aquí va lo bueno: sí se puede trabajar y superar. No es algo que desaparezca de la noche a la mañana, pero con práctica, conciencia y herramientas, puedes empezar a creer más en ti.

    1. Habla del tema: decir lo que sientes ya es un primer paso poderoso, comparte tus dudas con personas de confianza. ¡Te sorprenderá saber cuántas han pasado por lo mismo!

    2. Revisa tu trayectoria: haz una lista de tus logros, tus experiencias, proyectos exitosos, cosas que aprendiste, retos que superaste y léela cada vez que tu mente empiece con el “no soy suficiente”.

    3. Cambia el diálogo interno: observa cómo te hablas, ¿Te dices cosas como “esto fue suerte” o “cualquiera lo haría”? Cámbialo por frases como “trabajé duro para lograr esto” o “me preparé y merezco este reconocimiento”.

    4. Permítete ser aprendiz y capacítate constantemente: ¡mi favorita! Vale más estar dispuesta a aprender constantemente, que estar cerrada y decir «eso no me compete». Aun así, recuerda que está bien no tener todas las respuestas ni saberlo todo ¡ya quisiéramos ser IA!

    5. Acepta halagos: la próxima vez que alguien te diga “hiciste un gran trabajo”, respóndele con un simple “gracias”, sin justificarlo ni minimizarlo.

    6. Rodéate de personas que te inspiran: estar cerca de gente que celebra tus logros, te impulsa y te recuerda tu valor es una forma de anclarte cuando tus pensamientos te jueguen en contra.

    Artículo relacionado: Consejos prácticos para volver al ruedo laboral luego de años en la misma empresa

    Regresando a mi experiencia

    En este proceso de búsqueda laboral me he dado cuenta de algo: el mercado actual valora mucho a quienes dominan una habilidad principal, pero también a quienes tienen curiosidad y conocimientos en otras áreas relacionadas.

    He trabajado en redacción, estrategia, comunicación, redes sociales, y un sinfín de tareas que en su momento me parecían “extras” pero que hoy suman muchísimo. Así que si estás en ese mismo proceso, recuerda: no estás empezando de cero, estás empezando con experiencia.

    Ten presente que el síndrome del impostor no es una señal de que no vales, es una señal de que estás saliendo de tu zona de confort, que estás creciendo, desafiándote y avanzando.

    Créete el cuento. No porque te lo digan los demás, sino porque es real: ya lo has hecho antes, puedes volver a hacerlo y aún mejor.

    Con cariño, Valezka.



Source link

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Translate »
Share via
Copy link